Mirada de complicidad...


El talento de Jeanne Lanvin floreció desde muy temprana edad. Con el tiempo tras mudarse a la Rue Boissy d’Anglas esquina con la Rue du Faburg Saint-Honoré, se convertiría en un símbolo por su diseño.

El amor por su hija, Marguerite Marie Blanche, llevó a la diseñadora a crear todo un armario de magníficos diseños que muy pronto se convertirían en la envidia de las madres e hijas de la sociedad de la época.

Las dos asistían a un baile de disfraces que daría lugar a una fotografía clave en esta historia. Madre e hija ataviadas con un disfraz semejante se dan la mano y se miran con una complicidad que aún hoy emociona.

Esta mítica fotografía de madre e hija disfrazadas, se transformaría, de la mano del ilustrador y decorador Paul Iribe, en el logo de la marca.

El paso de los años no alteró esta joya, y llegó a decorar el frasco de la fragancia Arpège.

Por lo que el amor de Jeanne Lanvin por su hija continuará…

Arpège es mucho más que un perfume. Fue creado para celebrar el 30 cumpleaños de Marguerite Marie Blanche, un regalo de un perfume excepcional.

Deseas sentirlo?